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martes, 17 de diciembre de 2013

Altavoz Divulgativo

El nombre de la entrada viene en consonancia con mi labor en esta entrada, simplemente la de altavoz.
En esta ocasión serán las palabras que escribió  y compartió nuestra compañera Sara, con nosotros el pasado miércoles en el proyecto "me interesa", las protagonistas de esta entrada. Esto se debe a que su seguimiento esta realizado en papel.

Decir que fue una maravilla escuchar el relato de su propia voz. Espero que disfrutemos igual leyéndolo. Aquí os lo dejo:

"El tema más interesante es también para mí el más importante. Se trata de mi hermano. Mi hermano es ocho años mayor que yo. Nació con una discapacidad que afecta sobre todo a la vista. No ve nada con el ojo derecho y con el izquierdo solo un 15%.

Podría hablar de cómo ha sido su vida. De lo que ha conseguido a pesar de su problema. De que ha sido capaz de sacarse una carrera, de ser campeón de España en natación de la ONCE y que se independizó a los 22 años. Pero no voy a ir por ahí. Voy tocar este tema desde otro plano: cómo es vivir con un discapacitado.

Al ser yo la pequeña de la casa, no percibía el problema de mi hermano tal y como es realmente. Para mí, mi hermano era capaz de hacerlo todo. No veía raro que tuviera que acercarse a 10 cm para ver la tele, o el ordenador. Que tuviera que mirar a la gente para cruzar, en vez de a los semáforos. Que tuviera que tocar todo con las manos. Que tuviera que leer y escribir con lupa. Que no pudiera sacar buenas notas en plástica ni en educación física. Que necesitara mucha luz para hacer casi todo. No entendía que lo que a mí me costaba de leer y estudiar diez minutos, a él le pudiera costar una hora. No entendía que mientras los hermanos de mis amigas se sacaban el carnet de moto o de coche, mi hermano tenía que pedir a mis padres que lo llevaran a cualquier sitio.

Con ocho/diez años, no era capaz de ver las dificultades con las que ha tenido que luchar día a día. Y por supuesto, no entendía la “exagerada” preocupación de mi madre cada vez que él salía solo de casa.

Sin embargo, ahora ya puedo decir que sé lo que pasa. Ya veo lo que antes no veía. Veo que para él, sacar buena nota en plástica era un orgullo. Que tenía que pasarse muchas horas, demasiadas, estudiando para sacar un 10. Que en natación, tenía que tener las brazadas contadas para hacer el viraje a la distancia adecuada. Que él, y todos los que padecen cualquier discapacidad, son verdaderos guerreros que luchan día a día contra una vida más difícil. Y que lo consigan es lo que me ha hecho aprender. Me ha enseñado que se puede ser feliz con poco. Me ha dado la capacidad de empatizar con ellos. Porque sé lo que piensan sus madres y sus padres. Los miro, y sé lo que sienten y viven. He aprendido que son los más valientes. Y que lo que pueden enseñarnos va más allá de cualquier escuela o libro. Ellos son capaces de transmitir este super-poder, aunque los verdaderos héroes son ellos.

Pero lo más complicado de vivir con alguien con estos problemas, es dejarle volar. Es ser capaz de darle la libertad necesaria para valerse por sí mismo. Y para ello necesitas fuerza. Fuerza para dejar a un nene pequeño que apenas puede ver en una clase donde sabes que va a ser diferente. Y que lo que para los otros es fácil, para él puede ser un mundo. Y así con la escuela, instituto, universidad… Es confiar en que puede cruzar la calle solo. En que puede moverse por Madrid en autobús y metro. Es ser capaz de ver que no pasa nada que salga de noche. Y que, aunque muchas profesiones no estén a su alcance, existe muchas otras que sí. Que la sociedad ayuda. Es entender que va a intentar depender lo mínimo posible de otro. Comprender que quiere vivir su vida. Y que puede. Y hay que saber que esta es la única manera de que sean felices, aunque cueste. Aunque de miedo. Aunque de pánico.

Pero así es como debe vivirse. Y es como nosotros y él, nos hacemos más fuertes. Y él es el más fuerte de todos. Lo demuestra afrontando el día a día con una sonrisa. Y esa sonrisa es muchísimo más poderosa que la de cualquier otra persona."

6 comentarios:

  1. Enhorabuena a los dos. A ti por transmitir el relato de Sara, y a ella por hacernos llegar esta historia increible. Me llegan y me emocionan sus palabras. Me gusta la frase de "la sociedad ayuda" , en estos tiempos que corren es difícil oír palabras que hablen bien de la sociedad en que vivimos.
    Un saludo.

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  2. Muchas gracias Norberto. Es un placer que mi "Me interesa" este en tu blog.
    Gracias al comentario de Toni, me alegra muchísimo que os emocionen mis palabras.
    Un saludo!

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  3. Te aplaudo Sara, aplaudo tu valentía por compartir este relato con nosotros y por sacar fuerzas para mostrarnos una parte muy importante de tu vida....

    Y a ti Norberto te doy la enhorabuena, por prestarte a enseñar el trabajo de una compañera... es una de tantas maneras de enriquecer la comunidad que hemos sido capaces de crear gracias al esfuerzo de todos!

    Un saludo!

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  4. Una grandísima enhorabuena a los dos!! A veces las personas cuando tenemos un problema que no es ni comparable al problema que tenía tu hermano, nos rendimos y pensamos que no hay salida. Con historias como esta, a mi me sirve para saber que cualquier cosa es posible, y que solo hay que querer hacer algo para hacerlo. Muchas gracias a los dos y otra vez os doy mi enhorabuena!!

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  5. Muchísimas gracias a los dos. Me alegra saber que sacar mis sentimientos fuera ha servido para haceros ver un poco más allá.
    Un saludo!

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  6. Yo estaba presente cuando expusiste Sara y la verdad me llegó al corazón todo lo que dijiste, sobre todo quería decirte que te admiro por toda la entereza con la que contabas semejante situación.
    Enhorabuena a los dos, a Norbert por dedicar una entrada a otra compañera y a Sara por su sinceridad, valentía y confianza en el resto de compañeros, ya que una situación así cuesta mostrarla al resto y más en público.
    Seguid así, un saludo.

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