En esta ocasión serán las palabras que escribió y compartió nuestra compañera Sara, con nosotros el pasado miércoles en el proyecto "me interesa", las protagonistas de esta entrada. Esto se debe a que su seguimiento esta realizado en papel.
Decir que fue una maravilla escuchar el relato de su propia voz. Espero que disfrutemos igual leyéndolo. Aquí os lo dejo:
"El tema más interesante es también para mí el más
importante. Se trata de mi hermano. Mi hermano es ocho años mayor que yo. Nació
con una discapacidad que afecta sobre todo a la vista. No ve nada con el ojo
derecho y con el izquierdo solo un 15%.
Podría hablar de cómo ha sido su vida. De lo que ha
conseguido a pesar de su problema. De que ha sido capaz de sacarse una carrera,
de ser campeón de España en natación de la ONCE y que se independizó a los 22
años. Pero no voy a ir por ahí. Voy tocar este tema desde otro plano: cómo es
vivir con un discapacitado.
Al ser yo la pequeña de la casa, no percibía el problema de
mi hermano tal y como es realmente. Para mí, mi hermano era capaz de hacerlo
todo. No veía raro que tuviera que acercarse a 10 cm para ver la tele, o el
ordenador. Que tuviera que mirar a la gente para cruzar, en vez de a los
semáforos. Que tuviera que tocar todo con las manos. Que tuviera que leer y
escribir con lupa. Que no pudiera sacar buenas notas en plástica ni en
educación física. Que necesitara mucha luz para hacer casi todo. No entendía
que lo que a mí me costaba de leer y estudiar diez minutos, a él le pudiera
costar una hora. No entendía que mientras los hermanos de mis amigas se sacaban
el carnet de moto o de coche, mi hermano tenía que pedir a mis padres que lo
llevaran a cualquier sitio.
Con ocho/diez años, no era capaz de ver las dificultades con
las que ha tenido que luchar día a día. Y por supuesto, no entendía la
“exagerada” preocupación de mi madre cada vez que él salía solo de casa.
Sin embargo, ahora ya puedo decir que sé lo que pasa. Ya veo
lo que antes no veía. Veo que para él, sacar buena nota en plástica era un
orgullo. Que tenía que pasarse muchas horas, demasiadas, estudiando para sacar
un 10. Que en natación, tenía que tener las brazadas contadas para hacer el
viraje a la distancia adecuada. Que él, y todos los que padecen cualquier
discapacidad, son verdaderos guerreros que luchan día a día contra una vida más
difícil. Y que lo consigan es lo que me ha hecho aprender. Me ha enseñado que
se puede ser feliz con poco. Me ha dado la capacidad de empatizar con ellos.
Porque sé lo que piensan sus madres y sus padres. Los miro, y sé lo que sienten
y viven. He aprendido que son los más valientes. Y que lo que pueden enseñarnos
va más allá de cualquier escuela o libro. Ellos son capaces de transmitir este
super-poder, aunque los verdaderos héroes son ellos.
Pero lo más complicado de vivir con alguien con estos
problemas, es dejarle volar. Es ser capaz de darle la libertad necesaria para
valerse por sí mismo. Y para ello necesitas fuerza. Fuerza para dejar a un nene
pequeño que apenas puede ver en una clase donde sabes que va a ser diferente. Y
que lo que para los otros es fácil, para él puede ser un mundo. Y así con la escuela,
instituto, universidad… Es confiar en que puede cruzar la calle solo. En que
puede moverse por Madrid en autobús y metro. Es ser capaz de ver que no pasa
nada que salga de noche. Y que, aunque muchas profesiones no estén a su
alcance, existe muchas otras que sí. Que la sociedad ayuda. Es entender que va
a intentar depender lo mínimo posible de otro. Comprender que quiere vivir su
vida. Y que puede. Y hay que saber que esta es la única manera de que sean
felices, aunque cueste. Aunque de miedo. Aunque de pánico.
Pero así es como debe vivirse. Y es como nosotros y él, nos
hacemos más fuertes. Y él es el más fuerte de todos. Lo demuestra afrontando el
día a día con una sonrisa. Y esa sonrisa es muchísimo más poderosa que la de
cualquier otra persona."
Enhorabuena a los dos. A ti por transmitir el relato de Sara, y a ella por hacernos llegar esta historia increible. Me llegan y me emocionan sus palabras. Me gusta la frase de "la sociedad ayuda" , en estos tiempos que corren es difícil oír palabras que hablen bien de la sociedad en que vivimos.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Norberto. Es un placer que mi "Me interesa" este en tu blog.
ResponderEliminarGracias al comentario de Toni, me alegra muchísimo que os emocionen mis palabras.
Un saludo!
Una grandísima enhorabuena a los dos!! A veces las personas cuando tenemos un problema que no es ni comparable al problema que tenía tu hermano, nos rendimos y pensamos que no hay salida. Con historias como esta, a mi me sirve para saber que cualquier cosa es posible, y que solo hay que querer hacer algo para hacerlo. Muchas gracias a los dos y otra vez os doy mi enhorabuena!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias a los dos. Me alegra saber que sacar mis sentimientos fuera ha servido para haceros ver un poco más allá.
ResponderEliminarUn saludo!
Yo estaba presente cuando expusiste Sara y la verdad me llegó al corazón todo lo que dijiste, sobre todo quería decirte que te admiro por toda la entereza con la que contabas semejante situación.
ResponderEliminarEnhorabuena a los dos, a Norbert por dedicar una entrada a otra compañera y a Sara por su sinceridad, valentía y confianza en el resto de compañeros, ya que una situación así cuesta mostrarla al resto y más en público.
Seguid así, un saludo.