En la
primera práctica de la asignatura, Víctor nos pidió que hiciéramos un dibujo
dándonos él el titulo. Este era “La educación, el movimiento y yo”.
Cuando se me
propuso la actividad pensé, ¿yo educando movimiento? Enseguida tuve claro lo
que emanaba en mí esas palabras. Pensé en lo que realmente es mi vocación y me
gustaría que fuese mi trabajo en un futuro, la educación tanto de pequeños como
de mayores. Pensé en esta vocación y que de un modo primerizo conseguí hacer
este verano. Pues ejercí como monitor de actividades juveniles, en un primer
trabajo, no remunerado.
En el dibujo
observamos un claro yo, ya que me he intentado caracterizar conforme a mi
físico, pero existe otro yo que posteriormente analizaré. Observamos la
educación y el movimiento en la enseñanza de una habilidad, los malabares. En
la acción yo soy el educador y los dos niños representan a todos mis alumnos de
este verano y son los aprendices, donde para los niños el monitor es un ejemplo
y modelo a seguir.
Retomando el
tema del yo, he de decir que además del yo como monitor, aparece mi yo de una
forma mas abstracta en los niños. Pues de pequeño yo era uno de esos niños que
en campus, campamentos y clases de educación física quería aprender más y más acerca de lo que
ahora considero por movimiento. Veía a los monitores y profesores como modelos
en los que fijarme. En esos años comenzaba a nacer mi vocación. Gracias a esto
hoy puedo decir que soy un educador físico o del movimiento en constante formación.
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